Marca España: colas de tres horas y media para la firma del libro de Belén Esteban
por Gustavo Vidal Manzanares
Martes, 26 de Noviembre de 2013 18:52
Yerran quienes afirman que en España no se lee. Ahí tenemos a la
rutilante escritora, Belén Esteban. Tres ediciones en una semana y colas
de varias horas, a la intemperie, para obtener su firma.
También se equivocan
aquellos que lamentan la escasa tirada de la prensa escrita. Las ventas
del Marca, un día normal y no digamos los lunes, desmienten esa
afirmación.
Particularmente, me desalienta hasta
la depresión que en el devastado ambiente editorial, sobreviva y triunfe
económicamente una sucesión de páginas dedicadas a las pasiones más
bajas, al cotilleo, las intimidades… en cualquier sociedad sana, esta
clase de “libros” deberían resultar minoritarios, casi clandestinos,
pasto de presidiarios pajilleros, reclutas drogotas, amas de casa que
restañan su frustración mientras esperan a un marido panzudo y bruto…
Pero no es así, en un axioma
diabólico, triunfa lo cutre, tergiversado, instigador de pasiones y
revanchas. Nada induce a la obtención de frutos mediante el esfuerzo
diario, sistemático, la superación de uno mismo. Prima el engaño, el
requiebro que conduce a los atajos mediante los cuales se puentee a
quien decida valerse tan solo de su inteligencia, mérito y capacidad.
Desde luego, nadie puede proscribir a
Belén Esteban su derecho a escribir un libro o pagar para que se lo
escriban. Lo desolador es contemplar cómo miles de personas aguantan
penalidades para adquirir el vómito editorial de una musa de la
telebasura al tiempo que las editoriales quiebran, las librerías echan
el cierre y el autor que se precie busca publicar en otro idioma… ¿En
qué nivel de degradación mental y moral está abismada gran parte de la
sociedad española?
Así, en la España de hoy se penaliza
la superación de uno mismo, la lucha por la justicia social, el amor
vibrante hacia la cultura, la pasión por ampliar conocimientos… muy al
contrario, prima lo grotesco, la España del esperpento que glosaba
Valle-Inclán, la nación que expulsa a sus científicos e indulta a los
ladrones de cuello blanco, la tierra de promisión de los defraudadores y
mediocres ambiciosos, el lugar donde pedorras y pedorros y viceversa
persiguen mediante bolos televisivos cuadruplicar, centuplicar, las
ganancias de un médico, un juez, de cualquier profesional. Todo
presidido por el pernicioso axioma de conseguir lo máximo con el mínimo
esfuerzo, pasando por encima de quien sea, valiéndose del los medio que
sea. A costa de lo que sea.
Tal vez la última y mejor réplica a
esta carcoma la haya brindado Sotomayor, el esforzado atleta cubano,
ante preguntas de una reportera de la caverna: “Señor Sotomayor, ¿al
régimen de Cuba le parece razonable que usted, un deportista, gane más
que un profesor y un médico”? Respuesta de Sotomayor: “¿Y a usted le
parece razonable que un futbolista, en España, gane más que todos los
médicos de un hospital juntos?”.
Esta es la “marca España”… sobran comentarios.
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